lunes, 8 de diciembre de 2014

Víctor Valdés, un portero para la historia

Si tuvierais que definir lo que significa la palabra portero bastaría con decir un nombre, Víctor Valdés. Me explico; un portero de buen nivel necesita unas características apropiadas. Algunas de ellas son buenos reflejos, buen juego con el pie, hábil en el uno contra uno y salir bien en los balones aéreos. Y Valdés las tiene todas.


Llegó al club azulgrana con solo diez años, pero ese mismo septiembre iba a tener que dejar la ciudad condal por temas familiares y marcharse a Tenerife. Tres años más tarde volvió a Barcelona e ingresó en las categorías inferiores del F.C. Barcelona.

En 2002 le llegó la oportunidad soñada por todo chaval, debutar con el primer equipo de la mano de Louis Van Gaal. Y no lo hizo en un partido de Liga, sino que debutó en un partido de la previa de la Champions League el 14 de agosto frente al Legia de Varsovia. Su debut en Liga llegaría unos días más tarde, el 1 de septiembre, frente al Atlético de Madrid.

Pero no iba a ser todo tan bonito como pintaba. Después de disputar partidos de liga y Champions con el primer equipo, Van Gaal tomó la decisión de bajarlo al filial y que jugara allí unos partidos. El jugador no se lo tomó nada bien y plantó cara al club. Se encerró en su casa y no acudió ni a los entrenamientos ni al partido al que fue convocado con el filial. Finalmente, recapacitó, pidió disculpas al cuerpo técnico y al club y volvió a los entrenamientos. Eso sí, al filial; al primer equipo volvería más tarde.

La siguiente temporada estuvo en el primer equipo aunque compartía titularidad con Rüstü Reçber. Aunque se puede decir que la temporada en la cual se afianzó definitivamente en la portería del club azulgrana fue la 2004-05. En esa temporada jugó 35 de 38 partidos en los cuales solo le encajaron 25 goles y consiguió el trofeo Zamora. Añadir que esa Liga la ganó el F.C.Barcelona.

La siguiente campaña, el portero de Hospitalet fue cuestionado por unos errores que cometió durante la competición liguera pero fue esa temporada donde acabó ganándose el respeto que tanto buscaba. Concretamente, en la final de la Champions League, frente al temible Arsenal de Thierry Henry. Hizo una serie de paradas para recordar y paró manos a manos frente a los delanteros “gunners” que fueron clave para que el Barça alzara su segunda copa de Europa.

A partir de ese momento, nadie cuestionó su gran nivel y mantuvo la titularidad en la portería blaugrana hasta el año pasado, cuando decidió marcharse del club y emprender nuevas aventuras. Tal fue el nivel que llegó a alcanzar, que Vicente Del Bosque le llamó para jugar en la Selección Española.

Una lástima esa lesión de rodilla que tuvo en la parte final de la temporada. A mi entender, estaba siendo su mejor temporada como blaugrana. Además se acercaba el mundial y había una disputa clara entre Casillas y él por ver quien defendería la meta española en Brasil.

Se supo que el club por el que iba a fichar, el Mónaco, con el que ya tenía firmado un precontrato, tras hacerle el reconocimiento médico, le hizo un comunicado al jugador y a su representante diciéndole que no contaban con sus servicios. Desde entonces no ha habido muchas noticias sobre Valdés. Su recuperación ha sido hecha a escondidas, nadie sabía o si lo sabían no decían nada sobre cómo iba avanzando el jugador.

Hace unas semanas, el jugador volvió a dejarse a ver a través de las redes sociales, donde comunicaba que ya faltaba poco para volver a jugar. Se sabe que está entrenando con el Manchester United, casualidad o no, dirigido por Louis Van Gaal, técnico con el que debutó.


Ahora sólo queda esperar a que le llegue la oportunidad de fichar por un equipo y volverle a ver en un terreno de juego.